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La pella del gofio: superpoderes canarios

Ahora que estamos en tiempo de las romerías, será bueno aprender cómo se hace una pella de gofio.

Es muy útil porque la pella es un alimento muuuy energético y da mucha fuerza, así que no sólo te valdrá cuando tengas que estar todo el día vestido de mago, en la calle y con el sol en la cabeza y sufras el peligro de que se te baje el azúcar. No, la pella nos va a valer para cualquier día en el que tengas que hacer alguna actividad o concentración importante, como una excursión, un entrenamiento o una competición, los exámenes, o darles un buen repaso a tus amigos con la consola.

Bueno, lo primero que debes saber es que todo el mundo que hace pellas de gofio tiene su truquito personal. Así que no se trata de buscar la fórmula original, sino de encontrar la que más te guste.

Por ejemplo, es importante hasta el tipo de gofio. Como sabrás, hay muchos, dependiendo del tipo de cereal que se usa. Aunque hay gofio de garbanzos, de judías, de cebada o de chochos, los más normales son el de trigo y el de millo. Dicen que el de millo es más usado en Gran Canaria, y el de trigo en Tenerife, pero yo te animo a que pruebes ambos.

Instrucciones:


Habrá que poner la cantidad de gofio (entre cuarto y medio kilo, entre 5 y 8 cucharadas soperas colmadas) en un zurrón, que es una bolsa de piel típica de pastores. Como seguramente no tendrás una a mano, puedes poner el gofio en una bolsa de plástico o en un bol.





Entonces llega la parte creativa. Siempre habrá que echar algo de agua (no mucha, más vale no pasarse de entrada) y una pizca de sal, y luego, lo que queramos.


Un clásico que siempre sale bien es miel y almendra, más o menos picada, pero vale cualquier fruto seco (nueces, avellanas...). También se le pueden poner frutas deshidratadas (pasas, higos u orejones picaditos...) y recuerda que si no les pones miel habrás de ponerle azúcar. En ambos casos la pella mejora bastante con algo de manteca de cerdo, aunque no sea muy recomendable nutricionalmente hablando, siempre podemos optar por una cucharada de aceite de oliva.



Y ya para los innovadores, pues existe un amplio abanico de posibilidades: muesli, frutas confitadas en pedazos como papaya, pera o kiwi, coco rallado, canela o cacao en polvo...